La historia de la Fundación Oswaldo Cruz comenzó el 25 de mayo de 1900, con la creación del Instituto Sueroterápico Federal, en la bucólica Fazenda de Manguinhos, Zona Norte de Rio de Janeiro. Inaugurada originalmente para fabricar sueros y vacunas contra la peste bubónica, la institución experimentó, desde entonces, una intensa trayectoria, que se confunde con el propio desarrollo de la salud pública en el país.
Por las manos del joven bacteriólogo Oswaldo Cruz, el Instituto fue responsable por la reforma sanitaria que erradicó la epidemia de peste bubónica y la fiebre amarilla de la ciudad. Y enseguida ultrapasó los límites de Rio de Janeiro, con expediciones científicas que desbravaron las lejanías del país. El Instituto también fue pieza clave para la creación del Departamento Nacional de Salud Pública, en 1920.
Durante todo el siglo 20, la institución vivió las muchas transformaciones políticas del Brasil. Perdió autonomía con la Revolución de 1930 y fue foco de muchos debates en las décadas de 1950 y 1960. Con el golpe de 1964, fue alcanzada por la llamada Masacre de Manguinhos: la casación de los derechos políticos de algunos de sus científicos. Pero, en 1980, conoció de nuevo la democracia, y de forma ampliada. En la gestión del médico higienista Sergio Arouca, tuvo programas y estructuras recreados, y realizó su 1er Congreso Interno, marco de la moderna Fiocruz. En los años siguientes, fue escenario de grandes avances, como el aislamiento del virus VIH por primera vez en América Latina.
Ya centenaria, la Fiocruz dibuja una historia robusta en los primeros años del siglo 21. Amplió sus instalaciones y, en 2003, tuvo su estatuto finalmente publicado. Fue una década también de grandes avances científicos, con hechos como el desciframiento del genoma del BCG, bacteria usada en la vacuna contra la tuberculosis. Una trayectoria de expansión, que ganó nuevos pasos en esta segunda década, con la creación de oficinas como la de Mato Grosso do Sul y la de Mozambique, en África. Un camino que se alimenta de conquistas y de desafíos siempre renovados.